martes, 14 de diciembre de 2010

El Cerro de San Pedro (1423m). 10/12/10

Atalaya de Guadarrama, vigía impasible de Madrid, el Cerro de San Pedro se yergue imponente sobre el paisaje horizontal de la campiña de Madrid. No es su altura la que le otorga esa hegemonía que ostenta sobre los territorios aledaños, sino su completo retiro. Esta montaña desterrada de Guadarrama es lo que se denomina un cerro testigo o monte isla, una formación montañosa aislada de una alineación principal, en este caso la vertiente sur guadarrameña.


Su ascensión no conlleva ninguna dificultad, ni técnica ni física, pero aún así ofrece una cuantiosa recompensa a quien la corona. Es un pico que se ve desde cualquier sitio, y por tanto, es un pico desde el que se ve todo. Alejado de la Cuerda Larga, es un perfecto mirador de la sierra. Elevado sobre Madrid, nos presenta toda su orografía como regalo a la vista. En fin, una montaña que da mucho a cambio de muy poco.

En apenas una hora y cuarto se puede subir y bajar, aunque lo impresionante de sus vistas hacen que este tiempo se alargue considerablemente, mas aún si el día es depejado. Y mucho más, si asimismo se añade una cámara de fotos a la mezcla.


Resumen de la ruta

Inicio y final: Alto del Mojón (1041m)
Cumbres: Cerro de San Pedro (1425m)
Distancia: 5 km



La ruta que hoy toca es rápida y facilita, una salida exprés, para cuando la agenda va bien apretada. La verdad es que no teníamos muchas expectativas puestas en esta ascensión (más bien paseo), y quizás fue por eso que nos llevamos una grata sorpresa. A veces es necesario alejarse de las altas cumbres principales, para descubrir a sus hermanas pequeñas, que en muchos casos, nada tienen que envidiar a las primeras. Más quisieran otras...

La pequeña caminata empieza en el Alto del Mojón, entre los kilómetros siete y ocho de la M-625, junto a las ruinas de una antigua casa de los peones camineros (foto tomada a la vuelta).


Esta carretera une Colmenar Viejo y Guadalix de la Sierra, y la forma más rápida de llegar a ella desde Madrid es por la M-607, de la que nos desviamos una vez pasado Colmenar.
Una vez dejado el coche en la explanada que hay al lado de la casa en ruinas, la ruta comienza saltando un murete de piedra con una alambrada (hay varias zonas en las que la alambrada se puede saltar sin problemas).
De este murete sale otro, perpendicular, en línea recta hacia la cumbre, con un sendero a su derecha, que seguiremos hasta llegar al final. La ruta no tiene pérdida posible, y salvo por algún repecho caprichoso, es muy cómodo y llevadero.

Enseguida nos vamos elevando sobre el paisaje madrileño...


...por un terreno de monte bajo, con contados árboles...


...redescubriendo la capital...




...en un día luminoso y despejado, en el que sin haber amanecido ya disfrutamos de todo el paisaje.


La Pedriza y la Cuerda Larga...


...y en apenas media hora, sin casi darnos cuenta, divisamos la cima, curiosa donde las haya...


...mientras amanece por el horizonte.


La cumbre está coronada por una torre en ruinas, la cual soporta el vértice geodésico (1423m)...


...cuya trepada, a pesar de ser muy fácil, añade la guinda al pequeño (pero delicioso) pastel que es este cerro.


Y como una imagen vale mucho más que mis palabras, aquí dejamos unas cuantas...


...y por ser quisquilloso, felicitar al que se le ocurriese poner la antena justo en línea con la sierra.




Una panorámica de 360º (pinchar para ver más grande).














Al bajar de la torre, nos acercamos a un risco para poder ver la sierra sin nada delante...


...y tras otras cuantas fotos...


...nos despedimos de la cumbre...


...e iniciamos el regreso.




...parando cada dos por tres, aprovechando la mejor luz del día para fotografiar estos paisajes...




Y con estas fotos...




...nos despedimos.


Hasta la próxima.


¡Un saludo!

lunes, 6 de diciembre de 2010

Primera invernal. 03/12/10

Y allí estábamos nosotros, doscientos metros por debajo de la cima, doscientos metros por debajo de nuestro Everest personal, luchando por respirar una pizca del oxígeno de las gélidas y punzantes ráfagas con las que nos martirizaba la tormenta. Encogiéndonos ante cada esquirla de hielo que se estrellaba contra nosotros, haciendo fuerza por sentir nuestros pies y manos, entumecidos y congelados. Intentando buscar en nuestra mente, entre nuestros recuerdos, aquellos conocimientos adquiridos por la experiencia que nos permitieran...
 
...que nos permitieran salir de la nieve y llegar a Cerro Minguete.


Obviamente, he exagerado un poco je, je, pero ni por un momento habíamos pensado que se nos fuera a hacer tan imposible alcanzar esta cima secundaria de Guadarrama.
Por otro lado, entre esos conocimientos que tenemos de la nieve destacan dos: que con ella se pueden tirar bolas, y que es igual a "¡hoy no hay colegio!" ja, ja, ja. De modo que de ahí poca ayuda íbamos a sacar cuando teníamos la nieve por el ombligo y no podíamos ni dar un paso. ^^

Pero bueno, empecemos por el principio. Esta es la crónica de nuestra primera invernal, eehmm...no de este año, sino ¡la primera primera!, porque el intento al Cerro de los Hoyos que hicimos a principios de año no cuenta. Y que ganas teníamos ya...


Tras un infructuoso intento de aparcar en el famoso Casa Cirilo (la nieve ni nos dejó acercarnos sobre ruedas) dimos media vuelta y volvimos a Cercedilla para dejar allí el coche. Quería el destino que nos andásemos algo más de tres kilómetros extra (más los correspondientes de vuelta), y ¿quiénes éramos nosotros para negarnos?...


Nuestros planes eran subir, por este orden, al Puerto de la Fuenfría, Cerro Minguete, Peña Bercial, Peña del Aguila y, si eso, a la Peñota. Y digo si eso, porque no sabíamos como llegaríamos de fuerzas, pero como veréis a continuación, tuvimos que volvernos muchísimo antes, con lo ilusionados que empezamos...


...andando por el precioso pinar...


...con las primeras luces del día.


La nieve a esta altura estaba perfecta, pero nos hacía sospechar sobre su estado unos setecientos metros más arriba.


Y el cielo estaba completamente despejado, cosa que también nos extrañaba, teniendo en cuenta la previsión...


Después de andar un rato, llegamos a un cruce de caminos, pasado el Puente del Descalzo, en el que nos adelantó un hombre mientras nos parábamos a decidir por donde seguir...


Y al final decidimos seguir su huella comodamente, en dirección norte...


...durante unos 15 minutos, inmersos en el paisaje nevado...


...hasta que nos dimos cuenta de que el camino giraba hacia el sureste, y se mantenía así.


Nos tocó dar media vuelta, y volver al cruce para coger el camino bueno. Para entonces, por las huellas, ya había pasado por allí un señor al que vimos poniendo las cadenas al coche (en Cercedilla) y su perro.


Tras un buen repecho, seguido de otros tantos (a cada cual peor), una parada para tomar aire y varias maldiciones contra nuestra mala forma física, llegamos triunfantes al Puerto de la Fuenfría, donde ya prácticamente nos hundíamos hasta la rodilla...


...y donde el fuerte viento apenas nos dejaba sacar la cámara unos segundos.


A trescientos metros por encima de nosotros estaba la primera (y única, aunque eso aún no lo sabíamos) cumbre del día, Cerro Minguete, la cual ya habíamos visitado anteriormente. Con ánimos renovados, iniciamos la ascensión...


...sin saber lo que nos esperaba.


El viento soplaba con mucha fuerza y nosotros, tapados y agachados, avanzábamos entre la niebla lentamente, en zig-zag, de árbol a árbol, intentando resguardarnos lo máximo posible.

Después de unos cuarenta minutos y un par de paradas, la niebla nos dejó ver durante unos breves instantes el Puerto de la Fuenfría, apenas cien metros por debajo de nosotros. "¿¡sólo hemos avanzado esto!?"
Casi una hora y aún estábamos al ladito mismo del puerto...



Y cada vez era peor, en las mejores zonas con la nieve por las rodillas...


...pero por lo general hundidos un metro. Y la cima perdida entre la niebla. Más que abrir huella, abriamos trinchera.


Muchas veces nos paramos y me planteé si dar la vuelta o seguir. Menos mal que Iván estaba con ganas ese día y siempre acababa tirando para arriba.
Tras otro buen rato, que se hizo eterno, sufriendo el constante viento (y como no, el frio), la pendiente empezó a suavizarse y pudimos ver a lo lejos las grandes rocas que marcan la cima del cerro, con su altura bastante menguada por la espesa capa de nieve.

No íbamos a conseguir terminar la ruta que nos habíamos propuesto, pero algo es algo: cima del Cerro Minguete (2024m).


Como mandaba la lógica, dimos la vuelta y regresamos por donde habíamos subido, sorprendiendonos de la fuerza del viento, que en apenas cinco minutos había borrado nuestras profundas huellas. La bajada fue mucho más rápida que la subida, pero igual de entretenida. En el puerto paramos al comer al resguardo de unas rocas...


...y acto seguido, empredimos la bajada hacia Cercedilla algo decepcionados, pero al mismo tiempo contentos de al menos haber coronado el cerro.


Resumen de la ruta
Inicio y final: Cercedilla
Cumbres: Cerro Minguete (2024m)
Distancia total: 17 km
Desnivel positivo: 800m

Con todo esto, inauguramos nuestra temporada invernal, la cual no sabemos si será fructífera, pero que seguro disfrutaremos.

Se merecen una mención especial nuestros pantalones y polainas nuevos, con los que acabamos más que contentos. ^^

Un saludo, y ¡a disfrutar de la nieve!