lunes, 2 de julio de 2012

La Marmolada, reina de los Dolomitas. Punta Penia (3343m). 15-16/06/12

Después de más de doce horas de ascenso (el triple de lo esperado) y demasiadas complicaciones que no habíamos previsto, a las 22:00h alcanzamos a ver, exhaustos pero muy contentos, el techo de los Dolomitas. La situación es perfecta, la temperatura (aunque algo baja) casi idónea, las nubes que desde hace rato nos han estado atosigando ahora se retiran hacia los valles, hacia su descanso nocturno, y dejan este trocito de cielo para nosotros. Ahora nos permitimos dejar escapar una sonrisa. ¡Berg heil amigos!


En esta ocasión a Iván y a mi nos acompañan Alejandro, Philipp y Nikolai. Cinco, buen número...

Resumen de la ruta
Inicio y final: Lago di Fedaia (2053m)
Cumbres:
Marmolada Punta Penia (3343m)
Distancia: 12km
Desnivel de subida: 1450m
Desnivel de bajada: 1450m
Tiempo ascenso (viernes): 12h30 (paradas incluidas)
Tiempo descenso (sábado): 2h30 (paradas incluidas)


Un buen madrugón y dos horas de carretera dan inicio a este día que difícilmente olvidaremos. En cuanto abandonamos la autovía y nos adentramos en el mundo de los Dolomitas ya no despegamos las caras de las ventanillas del coche. Inmensas torres de roca se alzan directamente sobre los verdes bosques primaverales. Pero es al llegar al Passo Sella cuando nos llevamos la gran sorpresa: la Marmolada aparece ante nosotros, y no tiene ningún aspecto "primaveral". Hay mucha más nieve de la que esperábamos. ¿Dudas? Sí, y no pocas...


...después de estirar las piernas nos volvemos a meter al coche para realizar los 30 km que nos separan del Passo di Fedaia. Y ya surgen los "bueno, ¿al menos lo intentamos?" Si claro, ¡adelante! A las 09:30, cruzando la presa del lago, llegamos al último parking del paso.


Un telesilla con aspecto de jaulas para animales se supone que salva el desnivel entre el Passo di Fedaia (2074m) y el refugio Pian dei Fiacconi (2626m), convirtiendo esta ascensión en un paseo (en condiciones normales). Pero hoy ni parece operativo, ni llevábamos intención de utilizarlo...


...así que a eso de las diez, con todo preparado para volver en el día (sin saco de dormir y con solo algo para picar y dos litros de agua por persona), tomamos el sendero que sale del aparcamiento y comenzamos el ascenso. Lo dejaremos después para subir por las pistas de esquí...


...y ya desde el principio el Gruppo Sella, con su piramidal Piz Boe (3152m), marca las vistas de toda la ascensión.


La pista nos lleva hasta las proximidades del Col di Bousc, donde hay una especie de refugio en ruinas...


...avanzando bajo el telesilla...


...el Gruppo del Sassolungo tampoco se queda atrás. Impresionantes dientes bajo los cuales pasamos antes con el coche.


Pasado el Col di Bousc, abandonamos la pista y tomamos de nuevo el sendero, marcado con hitos, que empieza a perderse bajo la nieve...


...con nuestro objetivo de frente. Esperemos que se porte bien...


...en una hora, más o menos, aparece el refugio por encima de nosotros...


...y empezamos a girar hacia la derecha, atajando para tomar el sendero 606 que avanza hacia la Sforcela de la Marmolada, el collado donde comienza la vía ferrata...


Las vistas son magníficas y el día no podría ser más perfecto. El Piz Boe y el Sassolungo a lo lejos...


...imposible no pararse a hacer fotos, a disfrutar del lugar...


...omnipresente Piz Boe...


...nos dirigimos hacia el oeste, y para acceder al Ghiacciaio della Marmolada tendremos que rodear primero una cresta rocosa por la derecha (la primera en la foto)...


...y para ello el sendero desciende casi 150 metros...


...caminando por los Dolomitas, bajo la pirámide perfecta de roca que precede a la cima de la Punta Penia (no confundir, la cima es el pico que asoma por su izquierda)...


Que lejos parece, voy pensando...


...restos de una avalancha reciente...


...nos vamos aproximando al giro del sendero, siempre bajando...


...hasta rodear el final de dicha cresta. Viramos a la izquierda, agradeciendo ahora la sombra, y ya podemos ver el collado al final del glaciar.


Con el paquete de nieve que hay (que además parece muy reciente), estamos seguros de que las grietas estarán ocultas. Avanzaremos hasta las últimas formaciones rocosas que aparecen entre la nieve...


...de espaldas al Gruppo Sella, ascendiendo bastante rápido...


...hasta una posición cómoda para encordarnos. El collado parece bastante cercano, pero mejor no arriesgar, y sabemos que las distancias engañan.


En panorámica hacia el norte (pinchar para ampliar), el inicio del glaciar, la cresta del Belvedere detrás y el Gruppo Sella al fondo. Más atrás aún, seguramente los Alpes de Zillertal y Stubai...


Tras compartir nuestros limitados conocimientos y algunos consejos con nuestros compañeros, nos encordamos (en total, bastante más de media hora) y nos ponemos en marcha.


...ascendiendo en curva, sin huella previa, rodeando lo que creemos que pueden ser unas grietas cubiertas...


...adentrándonos en el glaciar...


...en una parada aprovecho para hacer otra panorámica...


...y entonces oímos un crujido que ya conocemos bien. A escasos 50 metros de nosotros una pequeña avalancha cae en cascada hasta el glaciar, sin parar durante casi cinco minutos. Cuando nos cansamos de observarla, seguimos con el ruido de fondo...


...y aproximándonos a la Sforcela descubrimos el inicio de la ferrata en la pared derecha...


Nos desencordamos, recogemos la cuerda, nos quitamos los crampones y cambiamos el equipo. La primera parte asciende bajo la pared y una continua ducha de agua de deshielo nos empapa sin cesar...


...pero no tardamos mucho en superar esa zona. Aún no hemos llegado al collado y ya nos encontramos partes de la ferrata cubiertas por la nieve...


...que hay que superar con cuidado, aunque la nieve parece bastante estable.


Llegamos a la Sforcela de la Marmolada, collado desde donde podemos ver el Val di Contrin. Aquí se nos presenta el primer punto difícil de la ascensión...


...para alcanzar el siguiente tramo de la ferrata tenemos que superar una cresta de nieve de algo más de 5 metros...


...con una caída hacia el glaciar más que interesante. La nieve está muy blanda y ante el temor de que se desprenda, decidimos asegurarnos. Yo iré el primero...


...mientras Iván me asegura desde el último cable. Una vez pasado el tramo difícil y en una posición cómoda, monto una reunión sobre el siguiente cable...


...y mis compañeros pasan uno detrás de otro, utilizando la cuerda "fija" a modo de cable con los disipadores.


Hasta ahora no me había parado a observar la enorme pared que dejamos atrás...


...y mientras mis compañeros me sobrepasan y siguen avanzando...


...me deleito con la verticalidad del Piccolo Vernel (3098m), sobre el Val di Contrin.


La cosa mejora más arriba y nos da tiempo a pensar que el paso anterior era algo puntual, nada más lejos de la realidad...


...las vistas son impresionantes, nos vamos elevando sobre las montañas cercanas...


...atravesando partes sin mucha dificultad...


...Iván y Alejandro, esperando a que Nikolai sobrepase una zona complicada...


...que al final no es capaz de superar. Nuevamente, Nikolai y Philipp nos ceden el primer puesto y volvemos a montar todo el chiringuito. Desde el cable Iván me asegura mientras asciendo con ayuda del piolet por una pala de nieve bastante inclinada y comida por los desprendimientos. De hecho, cada poco tiempo, pequeñas cantidades de nieve caen a nuestro alrededor. Llego arriba y vuelvo a fijar la cuerda. Una vez hecho esto, Alejandro, Nikolai y Philipp ascienden, y al final lo hace Iván también.


En caso de resbalón, todo quedaría en una caída de algunos metros, pero el problema es que tardamos casi media hora en desplegar la cuerda necesaria, fijarla, ascender de uno en uno, y recoger. Aún no nos preocupamos mucho porque tenemos todo el día por delante...


...pero estos pasos se van sucediendo uno tras otro, haciendo el avance muy lento. Al menos las vistas merecen toda la pena.


Más tarde llegaremos a otro de estos pasos, de unos 20 metros de largo...


...sobre una pendiente demasiado pronunciada. ¿Unos 70º? Las dudas nos vuelven a asaltar, ya ha pasado el mediodía y no tenemos ni idea de cuando nos queda. Philipp llama a un amigo para tratar de averiguar si el refugio de la cima tiene habitación de emergencia, como último recurso. Mientras, con mi piolet y el de Iván, me decido a afrontar la pala.


Sin mirar abajo, ni pensar hasta donde llegaría en caso de que la nieve que piso se desprendiera, consigo atravesarla y montar la cuerda de nuevo. Abajo esperan...


...para subir por turnos...


...mientras Iván y yo controlamos los extremos de las cuerdas.


Philipp en plena faena...


...con el impresionante Piccolo Vernel a sus espaldas.


Pocos metros por encima de este paso, la ferrata vuelve a esconderse bajo la nieve. Ahora ya tenemos claro que seguiremos hacia delante, pues dar la vuelta y bajar significaría llegar de noche al paso. Llevamos metidos aqui unas cuatro o cinco horas, y no sabemos ni lo que nos queda. En el siguiente largo aprovecho una argolla que hay en la roca para meter un seguro intermedio, pues da mucho respeto caminar por estas palas de nieve removida por las avalanchas...


En los descansos de asegurar trato de empaparme de lo que me rodea. Piccolo Vernel, Gran Vernel y el Sassolungo al fondo. Las luces del atardecer se van apoderando de los Dolomitas...


...y algo peor también, las nubes empiezan a cubrirlo todo hacia el oeste. Tras unos cuantos repechos más alcanzamos la cresta...


...y la cara sur de la Marmolada aparece en escena. Si la del Piccolo Vernel nos dejó asombrados, con esta perdemos las palabras...


...a nuestra espalda, las nubes amenazan con cubrirlo todo. En palabras de Nikolai, al principio era divertido y muy estimulante, pero ahora empezamos a inquietarnos más de lo normal. ¿Y si no llegamos de día?...


...aún así, no acabo de creerme el hecho de estar en un lugar así (pinchar para ampliar).


Ahora la montaña nos da un pequeño respiro, y podemos avanzar sin retrasos por la ferrata libre de nieve...


...cresteando...


...con la sur de la Marmolada en el punto de mira...


...y los Dolomitas bajo las nubes...


...vamos dejando atrás el Gran Vernel...


...y los valles se liberan de sus nubes, las cuales suben hacia nosotros. Atravesamos otro largo cubierto que tenemos que volver a asegurar...


...y nos aproximamos a una nueva pala, mayor que las anteriores...


...mientras las últimas luces del día desaparecen tras las nubes...


...y nosotros rezamos por estar terminando ya la ferrata.


Para finalizar, tendremos que superar un último paso de más de 30 metros, sobre una pala muy inclinada. Con la sensación de que el final está cerca, y aunque voy exhausto (no fisicamente sino más bien por la continua tensión), este último lo abro bastante rápido y después lo atraviesan todos mis compañeros, mientras las nubes se nos han metido de lleno.


Al avanzar unos metros más somos capaces de averiguar entre la niebla el final de la ferrata, y el glaciar que nos espera tras ella...


...y poco a poco el cielo vuelve a abrir lentamente. Todavía nos queda un buen trecho por delante...


...pero ahora estamos seguros de que saldremos de esta (o al menos llegaremos a la cumbre). Y la nueva cuestión...¿habrá habitación de emergencia? ¿estará abierta?


Tras la niebla, vemos lo que podremos disfrutar esta noche. Un inmenso mar de nubes sobre los Dolomitas...


...y la cima de la Marmolada, que nos espera al final del glaciar.


Vamos saliendo de la ferrata y según nos separamos nos vamos encordando para el último tramo de glaciar.


Impresionante...


...e imposible no alegrarse. ¡Qué subidón!


Son las diez de la noche, y trás doce horas de ascensión podemos ver el final...


...y aun nos llevará casi media hora alcanzar la cima de la Marmolada. Punta Penia (3343m). ¡Berg heil!


Un abrazo colectivo, nos damos la mano, estamos en el techo de los Dolomitas, y las imagenes de este anochecer (de lo más bonito que haya visto nunca) pueden hablar por si solas (pinchar para ampliar)...







Always too low...


Por suerte, el refugio cuenta con una habitacion de emergencia un poco destrozada con 3 literas y algunas mantas. ¡Algunas mantas! Bendito refugio.


Sin saco de dormir ni nada que llevarnos a la boca salvo unos pocos cacahuetes y una barrita, así como un par de tragos de agua (por reservar algo para la bajada), nos abrigamos todo lo que podemos y a eso de las 00:30h nos metemos a dormir. Aún así, amenizamos la primera hora con todo tipo de bromas, y no es para menos. Apretados es decir poco...


A las 06:00h nos levantamos y la noche no ha sido tan mala. No hemos dormido mucho pero la idea es bajar antes de que la nieve se caliente para evitar posibles avalanchas...


Hacia el sureste, el Monte Civetta (3220m, derecha en la foto) se eleva sobre los valles. En el centro se puede ver la Punta Rocca (3309m) con una gran antena. Es la segunda cima de la Marmolada, y hasta ella se puede llegar en teleférico...


En un primer momento nuestro plan era subir a Punta Penia el primer día, y aprovechar el segundo para subir quizás al Monte Civetta (unos 35km en coche desde el Passo di Fedaia), pero nos adaptamos a las consecuencias de esta ascensión y pensamos que lo mejor es bajar hasta el coche y dar por terminado el viaje a las Dolomitas. Mientras recogemos y nos preparamos, aprovecho para hacer una panorámica desde el refugio (pinchar para ampliar). De izquierda a derecha, Piccolo y Gran Vernel, Sassolungo al fondo, Piz Boe en el centro y la cima de la Marmolada a la derecha.


Aquí una foto a la habitacion de emergencia con sus tres literas. Nosotros dormimos uno arriba y cuatro abajo, por evitar posibles caídas jeje. El de arriba durmió cómodo pero con frío, mientras q los de abajo calientes e incómodos (sardinas en lata...).


Recogemos el refugio, dejamos todo como estaba y empezamos los últimos preparativos...


...aún quitándonos la pereza del cuerpo...


...nos encordamos...


...e iniciamos el descenso. La idea es descender por la vía normal (glaciar), pero no hay huellas que nos indiquen el camino.


...paisajes inolvidables...


...vamos descendiendo y no estamos muy seguros de por donde baja la normal. Sin saberlo nos vamos desviando hacia la izquierda, y en cierto momento apunto estuvimos de meternos en la norte de la Marmolada (factible para subir, pero muy difícil de bajada). Rectificamos a tiempo, desviándonos aún más hacia la izquierda...


...siguiendo la línea de menos pendiente...


...entramos más abajo en una zona rocosa que separa dos partes del glaciar. La superamos con mucho cuidado, temiendo resbalar o desprender la fina capa de nieve...


...y llegamos a la última parte del glaciar...


...Piz Boe en las alturas...


...descendiendo por terreno de avalanchas (la norte de la Marmolada justo detrás, la cual evitamos por la pala situada más a la derecha en la foto)...


...hasta llegar a zona segura. Nos desencordamos, nos quitamos los crampones...


...y emprendemos el descenso hacia el coche...


...mirando lo que dejamos atrás (la lengua de nieve que sube del glaciar por la derecha de la foto)...


...acercándonos al lago...


...últimos tramos de pista, donde Philipp posa contento...


...y en un tiempo total de 2h30 alcanzamos el coche. Parece mentira, si ayer lo hubiéramos sabido, habríamos subido por donde hemos bajado, mucho más fácil y rápido. Pero no tan interesante jejeje.

Abajo bebemos y comemos hasta saciarnos, y observamos como hoy sí que funciona el telesilla, y por tanto un buen puñado de personas suben hacia el refugio asomados de las jaulas. También vemos como una enorme fila de puntos negros sube por la normal de la Marmolada, lo cual no hace sino que nos sintamos incluso más contentos de nuestra ascensión, probablemente una de las más bonitas y gratificantes que hemos realizado hasta el momento, si no la más...

A la hora de comer llegamos a Innsbruck, solo con ganas de dormir. Ha sido un día y medio de lo más intenso, más que suficiente para quedarnos prendados de los Dolomitas.

Habrá que volver...
...¡hasta la próxima!