jueves, 25 de octubre de 2012

Großglockner (3798m), techo de Austria. 22-23/07/12

Por diferentes motivos, los planes que teníamos para nuestro mes montañero en Julio se vienen abajo. El viaje que pensábamos hacer a los Alpes Occidentales dejó de ser factible pero hicimos todo lo posible para al menos poder ascender al Großglockner, techo de los Alpes Tiroleses y de Austria, y broche de oro de todo un año de montaña en los alrededores de Innsbruck. Además, quizás hayáis notado que el ritmo del blog ha bajado considerablemente, teniendo bastantes cosas que contar en lista de espera, pero con la vuelta a España mis ánimos por escribir han decaído. A ver si nos ponemos en marcha de nuevo...que últimamente vamos muy escasitos de montaña, y el cuerpo ya va pidiendo la vuelta a las andadas...


La ruta que escogemos para nuestra ascensión es la "normal", no exenta por ello de momentos delicados y partes expuestas, y más si tenemos en cuenta que las condiciones no fueron del todo favorables. Se trata de una ascensión en un ambiente totalmente alpino y que, sin duda alguna, es justo lo que necesitábamos para acabar este periodo en los Alpes.

Resumen de la ruta
Inicio y final: Lucknerhaus (1918m)
Cumbres:
Kleinglockner (3770m)
Großglockner (3798m)
Distancia: 18km
Desnivel de subida: 1900m
Desnivel de bajada: 1900m
Tiempos: (paradas incluidas)
Día de aproximación 5h30
Ascensión a cima 4h
Descenso 6h


Llevamos ya un par de semanas alargando al máximo nuestra vuelta final a España. Estamos en julio y, contra todo pronóstico, el tiempo es horrible. No paran de sucederse fuertes tormentas de verano, lluvias, nevadas y alguna que otra granizada...que nos hacen dudar que podamos ascender al Großglockner. Finalmente, aparece en el parte meteorológico una ventana de buen tiempo para el día 23 de julio. Por supuesto, no necesitamos más para lanzarnos a por él.

El sábado 21 por la tarde-noche alquilamos el coche para poder salir al día siguiente bien temprano. Alejandro, el cual era duda, se nos une en el último momento...pues esta montaña es un pastel demasiado apetecible con el que llevamos soñando todo el año...


El domingo 22 a media mañana llegamos al Lucknerhaus, situado a unos 1900 metros de altitud al final de una preciosa carretera de montaña, en la cual tendremos que pagar 9 euros de peaje (solo a la subida). Aparcamos, nos tomamos un café en el restaurante, nos echamos las mochilas a la espalda y cogemos la pista que sube por el fondo del valle...


...con la mole del Großglockner siempre al fondo.


El camino a lo largo del valle asciende, flanqueado por inmensos cortados...


...dejando atrás el Lucknerhaus...


...llegamos a la Lucknerhütte...


...punto a partir del cual el camino deja de ser una cómoda pista de tierra, ganando en pendiente y en belleza.


El Großglockner desaparece de nuestra visión, mientras ascendemos haciendo zetas entre prados...


...sorprendidos por el buen tiempo que hace (la ventana se supone que no llega hasta mañana)...


...mientras el sendero nos hace subir de forma continuada...


...vamos dejando atrás los verdes...


...hasta llegar a la Stüdlhütte, otro posible punto de pernocta...


...donde realizamos un descanso (casi una hora) y aprovechamos para comer algo.


Aún tenemos medio día por delante y por tanto seguiremos con el plan inicial de llegar hasta la Adlersruhe (el "Descanso del Águila") a 3451m, donde se encuentra el refugio Erzherzog-Johann-Hütte. Observando el pie de los glaciares de la zona, nos volvemos a poner en marcha... y siguiendo las indicaciones cogemos el sendero que asciende hacia el noreste...


...hasta llegar sobre rocas al inicio del Ködnitzkees, glaciar que tendremos que atravesar.


Por momentos el cielo se cubre, y esperamos que al menos aguante hasta que lleguemos al refugio...


Al pie del glaciar paramos para equiparnos. Hay gente que sube encordada y otra que no...nosotros, por lo que pueda pasar, decidimos encordarnos. Menos peso a la mochila.


El glaciar presenta una belleza extraordinaria, con la pirámide del Großglockner (Gran Campanario) al fondo...y ya desde abajo podemos intuir en su hombro derecho el refugio (último pico a la derecha de la foto).


Esperamos a que los que nos preceden abran la marcha y, acto seguido, comenzamos a caminar por el glaciar...


...sobre el cual es imposible perderse, pues la huella es bien ancha. Filas de diminutos montañeros nos preceden...


...mientras el Großglockner se oculta entre las nubes...


...que se acercan desde todos los lados.


Las nieves recientes nos impiden ver las grietas que cubren el glaciar, pero según ascendemos, ganamos perspectiva sobre ellas. No dejan de impresionarnos...


Ya al otro lado del glaciar, encontramos un cable que atraviesa unas formaciones rocosas a nuestra derecha. Hay dos opciones, subir por ahí o bordear las rocas por el glaciar. Nosotros elegimos la roca (a la vuelta bajaremos por la nieve), mientras empezamos a acusar el frío propio de estas alturas...


Una vez superado este tramo salimos a una explanada a partir de la cual tomaremos (de frente) la cresta que sube hasta el hombro del refugio. Estamos en la última parte de hoy...


...pero parece que la tregua se ha terminado. Hoy no terminaremos secos.


Las nubes bajan rápidamente y nos cubren, al tiempo que un fuerte viento se apodera de la montaña...


...la parte buena, es que solo falta seguir el cable por un terreno que nos recuerda en parte (aunque bastante más fácil en este caso) a la subida al refugio Quintino Sella, en nuestro intento de ascensión al Castor.


Finalmente, algo helados y con la cara entumecida, llegamos al refugio Erzherzog-Johann-Hütte. Muy rápido nos metemos dentro, y la pereza y el frio hacen que no vuelva a salir ni para hacer una mísera foto. Ésta es temprano al día siguiente...


La parte más dura ya está hecha, a cambio nos espera la más técnica. De aquí a la cumbre quedan apenas unos 360 metros de desnivel, pero de cierta dificultad.

Aunque llevamos comida suficiente, no nos podemos resistir a pagar la media pensión. Si total, ¡un día es un día!...y además prácticamente con ésto nos despedimos de los Alpes. No se hable más, hacemos tiempo ordenando las mochilas y descansando hasta la hora de la cena. Incluso nos cruzamos con dos españoles que mañana también intentarán hacer cumbre. Vaya casualidad pensamos, pero teniendo en cuenta que el refugio está a reventar (unas 120 literas), tampoco es tan extraño (parece ser que no fuimos los únicos que aprovechamos el único día de buen tiempo de prácticamente todo julio).

Sin entretenernos mucho, al acabar la cena (sopa, pasta, carne, y postre) nos vamos a las camas, a intentar descansar un poco, aunque a mi los nervios (y algún que otro ronquido) no me dejan dormir mucho.

A la mañana siguiente, sin madrugar mucho, nos levantamos para el desayuno. Decidimos tomárnoslo con calma, pues hay tanta gente que intentar salir de los primeros sería una locura...así pues, decidimos salir de los últimos. El Großglockner se despereza...


...a la salida del Sol por el horizonte.


Después de desayunar (café, tres tostadas, mantequilla, paté y mermelada) y comprar agua (te rellenan las botellas a base de cazos, unos 1,5 - 2 euros el litro) comenzamos el ritual de equiparnos, preparar las mochilas, mientras fuera ya es completamente de día...


...y ya se pueden ver filas y filas de personas de camino ahacia la cumbre.


hacia el oeste, esta panorámica nos muestra el Großglockner y el macizo del Großvenediger al fondo...


...y hacia el sur el valle de donde venimos.


Sin apenas gente ya en el refugio, nos encordamos y subimos la pala situada en el lateral izquierdo del mismo y, una vez arriba, tomamos la huella que se dirige hacia la montaña.


De frente tenemos ahora el Großes Wiesbachhorn (3564m), otro de los grandes de Austria, inmerso en un marcado ambiente alpino...


...mientras nosotros avanzamos a ritmo continuo por el glaciar...


...y ascendemos una pala no muy inclinada...


...que nos lleva a una especia de cresta...


...desde donde ya encaramos la última parte de la ascensión.


A nuestra derecha queda el Pasterze, que con sus más de 8 kilómetros de longitud es el mayor glaciar de Austria.


Aquí vuelvo a poner una foto anterior, donde se ve el camino a seguir. Una vez nos apróximamos a la parte rocosa, subimos por una corta pero muy inclinada pala (en el centro de la foto) que nos lleva hasta la cresta del Großglockner...


...donde tras esperar un buen rato a que se descongestione la zona (ya empiezan a bajar los primeros), nos encontramos con estas estacas. Dado el estado de la nieve la gente va pasando la cuerda por ellas a modo de aseguramiento rápido (los hay que incluso van montando reuniones en ellas). Nosotros no creemos conveniente el hacerlo...


...y empezamos a ascender por tramos mixtos de nieve y roca. Al fondo vemos el glaciar que atravesamos ayer, así como a los montañeros que suben hoy.


Nos cruzamos con bastante gente pero hasta ahora no hay dificultades para apartarse de la vía...


...hasta que llegamos a cierto punto a mitad de la cresta, donde ésta se estrecha bastante y tenemos que parar para dejar bajar a los que nos vienen de frente. Para ello pasamos la cuerda por una estaca e intentamos apartarnos lo máximo posible.


La cordada que baja nos pasa, pero antes de que termine de hacerlo, ya hay otra que también ha alcanzado ese punto. De esa forma (al ir pasando ellos sus cuerdas por encima de la nuestra) quedamos atrapados en ese punto. Si a eso le sumamos que hay un par de cordadas con guía que bajan adelantando de mala manera a los demás (con el peligro que conlleva en una zona así) y alguna otra que baja de forma muy lenta e insegura, nos encontramos con que hay momentos en los que en la misma estaca estamos hasta cuatro cordadas, y nosotros la última. En total estuvimos allí parados casi 45 minutos, intentando resguardarnos del viento (a rachas bastante fuertes) y del frio, frotándonos las manos y moviendo los pies para no quedarnos helados.

Sentimos un gran alivio cuando por fin podemos volver a ponernos en marcha, y prácticamente todas las cordadas nos habían cruzado ya...


...de esta manera, avanzamos los últimos metros hasta alcanzar la parte superior de la cresta, bastante aérea, y con ella el Kleinglockner ("Pequeño Campanario", 3770m), antecima del Großglockner. Aquí nos cruzamos con los dos españoles que vimos en el refugio, los cuales nos cuentan que se han dado media vuelta al ver la última pared y la gente que todavía hay metida en ella.

No estoy en situación de hacer muchas fotos con el frío que hace. El caso es que desde este punto hay que descender una pared equipada con cable para llegar hasta un pequeño y aéreo collado y desde ahí afrontar otra pared casi vertical de roca para alcanzar la verdadera cima. Alejandro, al verla, nos dice que él se queda ahí, y tampoco le presionamos mucho...si no lo ve, no lo ve.  Como yo no veo mucha decisión, les digo que bajemos aunque sea hasta el collado para verlo más de cerca, que ya que hemos llegado hasta allí, por bajar unos metros no pasa nada. Iván acepta y ayudados por el cable llegamos al collado, donde tampoco es que tengamos mucho espacio, pero paramos un momento a ver la pared...


...y finalmente decidimos intentarlo. Se la ve con bastantes agarres y no deja de ser una trepada facilita, lo que pasa es que desde lejos impone un poco, y más estando humeda y con nieve. Así pues, esperamos a nuestro turno para subir, mientras que otro guía con una cliente (sin mucha soltura por lo que vemos) se cuela y empieza a adelantar a los que van por delante de nosotros. Intercambiamos miradas de incredulidad y nos resignamos. En una zona casi vertical en la que hace falta ir encordado, este tipo de comportamiento no se si es muy apropiado.

Nosotros esperamos pacientemente...


...hasta que ya no queda nadie en la pared y entonces emprendemos el ascenso. Se trata de unos 25-30 metros de trepada fácil y equipada con pequeñas estacas por donde de nuevo vamos pasando la cuerda. Una vez superada, llegamos a una última pala de nieve que atravesamos sin problemas, y donde ya me atrevo a sacar la cámara. Hacia el este destaca el Großes Wiesbachhorn (3564m)...


...y el impresionante glaciar Pasterze (pinchar para ampliar).


Una mirada hacia atrás nos muestra a Alejandro en el Kleinglockner. Mejor nos damos prisa que con el frio que hace estar parado no le puede estar gustando mucho...


Recorremos los últimos metros...


...y observo desde donde hemos subido...


...y a donde hemos llegado...


...¡al Grossglockner! Techo de Austria y de todo un año de montaña (3798m). No hemos tenido muy buena suerte con el tiempo este año, ni en el Castor, ni en el Schrankogel (y por dos veces), ni en nuestra visita a los alrededores del Cervino (algo que aún tengo pendiente de relatar), ni en algunas otras montañas de menor importancia, así que en el momento de pisar la cumbre del Grossglockner nos dimos un fuerte abrazo y, abrumados por el momento, nos quedamos sin palabras por unos instantes.


Las vistas se hacen impresionantes...


...pero de repente nos acordamos de Alejandro, que aún sigue esperándonos...


...así que tampoco nos entretenemos mucho, apenas un par de minutos, y emprendemos el largo descenso. En la pared descendiendo hasta el collado...


...unas últimas fotos hacia el glaciar...


...y al viento que hacía (atención a la cuerda jeje).


Alejandro nos saluda desde el Kleinglockner, cuando ya casi lo hemos alcanzado...


...compartimos unas palabras, nos encordamos con él de nuevo y tomamos la cresta...


...a pesar del fuerte viento que se ha levantado...


...de camino hacia la seguridad del refugio...


...y conforme vamos llegando al final de la cresta, donde tomamos la pala inclinada que baja hasta el glaciar, se nos meten las nubes...


...pero ya hemos hecho lo más difícil y mientras el techo de Austria se cubre, nosotros llegamos al refugio...


...donde recogemos todo lo que habíamos dejado (y despistado de mi, me olvido de un ocho con su mosquetón de seguridad, pero de eso ya me doy cuenta en el coche) y tiramos para abajo. Ahora se aprecia mejor el macizo del Großvenediger, otro tresmil que nos hubiera gustado ascender, pero para el cual no hemos tenido tiempo...


Nos despedimos de la montaña...


...y descendemos la cresta que nos lleva al glaciar que atravesamos el día anterior...


...por donde podemos avanzar bastante rápido...


...en medio de un silencio total...


...donde no puedo saber que van pensando ellos, pero en el que a mi solo me viene a la cabeza que ha llegado la hora de decirle adiós a los Alpes...


...


...llegamos al final del glaciar, y poco a poco, le vamos ganando metros al valle...



...sin poder evitar darnos la vuelta de vez en cuando...


...para despedirnos de todo.



Parece que fué ayer cuando anunciábamos que nos íbamos a los Alpes Tiroleses, pues bien...el sueño ha terminado, pero otros surgen de él y nunca podremos olvidar todo lo que el Tirol nos ha dado.


Un saludo a todos, y ¡hasta la próxima!

Esta ascensión va dedicada a Fernan, devolviéndole el favor, con la que espero pueda rememorar buenas experiencias de aquel 1986, cuando él ascendió esta montaña.
También se la dedicamos a Alejandro, con el que tantas rutas, cumbres, vientos, nieves y tormentas hemos aguantado y gracias al cual, todos esos malos momentos han sido más amenos, de igual forma que los buenos momentos han sido aún mejores. ¡A ver si coincidimos también por España! =)