Dispuesto a saldar una cuenta pendiente, aunque desafortunadamente Iván no puede acompañarnos en esta ocasión, salgo de Innsbruck en compañía de Alejandro para tratar de ascender el Roßkogel, aquel que estaba impracticable en invierno, cuando lo intentamos por primera vez.
Al dejar la bici en el centro de Innsbruck, y dirigirme a la parada de bus Finanzamt, me llevo la sorpresa de ver que hoy la frecuencia de los autobuses hacia Sellrain es menor de la habitual, por ser día festivo (Pentecostés). Así que cuando llega Alejandro, decidimos buscar una alternativa para no tener que esperar dos horas. En lugar de repetir la ascensión de enero, cogeremos el bus hasta Oberperfuss, localidad situada al otro lado de esa cadena montañosa, para ascender por el norte.
Nos bajamos en la parada de Rangger Köpfl Lift, donde comienza el telecabina de las pistas de esquí situadas más arriba, ahora ya sin nieve claro...
...y tomamos el camino trasero que posteriormente desemboca en una amplia pista que asciende suavemente.
El día está un poco feo, medio cubierto medio despejado, tal y como afirmaba la previsión: el típico tiempo de Abril, pero a finales de mayo. Entre los árboles, a mitad de la subida, se nos abre a la vista el valle del Inn, con las últimas montañas de la Nordkette hacia el norte, destacando el redondeado Großer Solstein.
Tras una hora de pesada pista, con un calor bastante acusado y sudando como cerdos, el paisaje se abre...
...hemos llegado a la estación del teleférico. Y hasta aquí llega la carretera (por el otro lado, claro) y nosotros vamos echando el alma por la boca.
Alejandro parece que va mejor, pero a mi no me ha debido de sentar bien lo de madrugar. El caso es que voy sufriendo con tan solo quinientos metros de desnivel a la espalda...
...abandonamos la estación y comenzamos a ascender por el lateral de la pista de esquí...
...dejando rápidamente atrás sus instalaciones...
...hasta llegar a la Rosskogelhütte, seiscientos metros más arriba. No me recupero, y ante la proposición de parar a tomar algo, Alejandro acepta sin pensarlo. Que mal día para caminar, si es que "hoy estamos burgueses"...
Mientras nos tomamos una cocacola, el tiempo se va poniendo feo...y por un momento se nos pasa por la mente dejarlo aquí...
...pero recapacitamos rápidamente. Pa´lante! Pagamos y nos ponemos de nuevo en marcha, siguiendo la ladera destrozada, realmente hecha polvo, por las pistas de esquí...
...mientras observamos el Roßkogel a lo lejos...
...alcanzamos la primera cumbre del día. Rangger Köpfl (1939m).
El paisaje no es de mi agrado, pues cuando la nieve se va, es fácil adivinar los estragos que ocasiona el negocio del esquí (entiéndase ésto como el enorme despliege de medios y el impacto que ocasionan en la montaña necesarios para montar una estación pequeña-mediana, ya ni hablo de los grandes complejos...). No estoy en contra de el deporte en sí, pues lo he probado y me agrada bastante, sino del enorme número de estaciones que hay por aquí, que espero que no vaya a más.
Únicamente paramos para beber algo de agua y después abandonamos el pico por el otro lado, en busca de montañas menos domesticadas. El Roßkogel nos presenta su cresta norte, por la que subiremos más tarde.
Por un marcado camino nos acercamos a ella...
...mientras la cumbre no para de esconderse y liberarse de las nubes. Una vez superado el collado, la primera parte de la subida se realiza por un sendero en continuo zig-zag...
...hasta llegar a una caseta metálica, cuya función no consigo averiguar. Aquí volveremos a parar para comer algo rápido.
En panorámica hacia el este, el valle del Inn, el Rangger Köpfl a la izquierda, de donde venimos, el Kögele en el centro, y el Roßkogel perdido por la derecha.
Escarpados picos de Stubai...
...y lo que nos queda aún. Sin entretenernos mucho continuamos por la cresta, atravesando algunas pequeñas partes de nieve...
...por un sendero aéreo pero seguro, disfrutando de las vistas...
...atrás queda el Rangger Köpfl...
...y nos vamos acercando a la parte final de la cresta poco a poco mientras la pendiente aumenta ligeramente.
Atrás la Nordkette, con unos colores preciosos, en parte ocasionados por el tiempo, la lluvia, una ligera neblina o todo junto.
En el último tramo será necesario trepar un poco, todo muy sencillo...
...hasta llegar a la altura de un enorme aparato...
...y continuar hasta alcanzar la cima.
Alejandro recorre la última parte del sendero...
...y ¡cima!. Roßkogel (2646m), esta vez sí.
A los dos minutos de llegar, se pone a granizar levemente y no queremos que nos pille tormenta...
...así que tras cinco minutos emprenderemos de nuevo la marcha, esta vez por el lado sudeste...
La niebla se apodera de las montañas cercanas...
...de entre las cuales destaca el escarpado Weißstein (2640m), situado a tan solo unos quinientos metros...de cresta traicionera.
Me quedo con las ganas de intentarlo, pero mejor salir de aquí antes de que el tiempo se ponga peor...
En descenso, el tiempo mejora. El granizo deja paso a una llovizna...
...y poco después despeja de nuevo.
De nuevo cresteando, esta vez casi por llano...
...alcanzamos la parte rocosa donde nos tuvimos que dar la vuelta Iván y yo en el primer intento, lo superamos sin problemas (esta vez es posible ver las marcas)...y en diez minutos más tenemos a la vista la Rifflkreuz...
...observando hacia el sur el Kalkkögel, cadena montañosa a la que le tenemos buenas ganas...
Rifflkreuz (2215m), tercera cima del día. Al igual que la otra vez, hay que mencionar que más que cima es un promontorio en medio de la ladera.
Atrás hemos dejado el Roßkogel, y el Weißstein sigue destacando a la izquierda.
De nuevo por la cresta, avanzamos en dirección a la cuarta y última cima del día...
...Kögele (2195m)
Desde aquí, Alejandro se empeña en abandonar el camino, y bajar por una crestecilla que baja de este pico hacia el norte...
...y la verdad es que es todo un acierto.
Dejamos atrás el Kögele...
...ya encarando el valle...
...Großer Solstein...
...campo a través y siguiendo el plano, llegamos al Angeralm, de donde sale un sendero hacia el fondo del valle...
...para llegar al pueblo de Hinterburg, en el cual cogemos la carretera hacia Oberperfuss...
...mirando en cada parada de bus y llevándonos la desilusión de que tendremos que esperar una hora para el siguiente bus. No nos queda otra que seguir atravesando pueblecitos, en busca de un bar donde hacer más amena la espera, pero sin encontrarlo. "Esto en España no pasaba, un pueblo sin bar no es un pueblo jeje".
A los veinte minutos de andar por carretera, en la entrada al pueblo de Kammerland, a un par de kilómetros de Oberperfuss, un coche para a nuestro lado y tan amablemente nos pregunta a donde nos dirigimos. Resulta que ellos también van a Innsbruck, y se ofrecen a llevarnos. Ésto, sin duda, tampoco ocurre en España.
Encantados, charlando con ellos, llegamos a Innsbruck, donde nos dejan al lado de nuestras bicis. Y pensar que estuvimos a punto de darnos la vuelta en la cabaña y al final nos hemos metido casi dosmil metros de desnivel al cuerpo...
¡Hasta la próxima!
(El Roßkogel visto desde la cima del Rangger Köpfl)
Resumen de la ruta
Inicio: Oberperfuss Rangger Köpfl Lift (856m)
Final: Oberperfuss Kammerland (895m)
Cumbres:
Rangger Köpfl (1939m)
Roßkogel (2646m)
Rifflkreuz (2215m)
Kögele (2195m)
Distancia: 21km
Desnivel de subida: 1900m
Desnivel de bajada: 1850m
Tiempo: 8h (paradas incluidas)
Inicio: Oberperfuss Rangger Köpfl Lift (856m)
Final: Oberperfuss Kammerland (895m)
Cumbres:
Rangger Köpfl (1939m)
Roßkogel (2646m)
Rifflkreuz (2215m)
Kögele (2195m)
Distancia: 21km
Desnivel de subida: 1900m
Desnivel de bajada: 1850m
Tiempo: 8h (paradas incluidas)
Al dejar la bici en el centro de Innsbruck, y dirigirme a la parada de bus Finanzamt, me llevo la sorpresa de ver que hoy la frecuencia de los autobuses hacia Sellrain es menor de la habitual, por ser día festivo (Pentecostés). Así que cuando llega Alejandro, decidimos buscar una alternativa para no tener que esperar dos horas. En lugar de repetir la ascensión de enero, cogeremos el bus hasta Oberperfuss, localidad situada al otro lado de esa cadena montañosa, para ascender por el norte.
Nos bajamos en la parada de Rangger Köpfl Lift, donde comienza el telecabina de las pistas de esquí situadas más arriba, ahora ya sin nieve claro...
...y tomamos el camino trasero que posteriormente desemboca en una amplia pista que asciende suavemente.
El día está un poco feo, medio cubierto medio despejado, tal y como afirmaba la previsión: el típico tiempo de Abril, pero a finales de mayo. Entre los árboles, a mitad de la subida, se nos abre a la vista el valle del Inn, con las últimas montañas de la Nordkette hacia el norte, destacando el redondeado Großer Solstein.
Tras una hora de pesada pista, con un calor bastante acusado y sudando como cerdos, el paisaje se abre...
...hemos llegado a la estación del teleférico. Y hasta aquí llega la carretera (por el otro lado, claro) y nosotros vamos echando el alma por la boca.
Alejandro parece que va mejor, pero a mi no me ha debido de sentar bien lo de madrugar. El caso es que voy sufriendo con tan solo quinientos metros de desnivel a la espalda...
...abandonamos la estación y comenzamos a ascender por el lateral de la pista de esquí...
...dejando rápidamente atrás sus instalaciones...
...hasta llegar a la Rosskogelhütte, seiscientos metros más arriba. No me recupero, y ante la proposición de parar a tomar algo, Alejandro acepta sin pensarlo. Que mal día para caminar, si es que "hoy estamos burgueses"...
Mientras nos tomamos una cocacola, el tiempo se va poniendo feo...y por un momento se nos pasa por la mente dejarlo aquí...
...pero recapacitamos rápidamente. Pa´lante! Pagamos y nos ponemos de nuevo en marcha, siguiendo la ladera destrozada, realmente hecha polvo, por las pistas de esquí...
...mientras observamos el Roßkogel a lo lejos...
...alcanzamos la primera cumbre del día. Rangger Köpfl (1939m).
El paisaje no es de mi agrado, pues cuando la nieve se va, es fácil adivinar los estragos que ocasiona el negocio del esquí (entiéndase ésto como el enorme despliege de medios y el impacto que ocasionan en la montaña necesarios para montar una estación pequeña-mediana, ya ni hablo de los grandes complejos...). No estoy en contra de el deporte en sí, pues lo he probado y me agrada bastante, sino del enorme número de estaciones que hay por aquí, que espero que no vaya a más.
Únicamente paramos para beber algo de agua y después abandonamos el pico por el otro lado, en busca de montañas menos domesticadas. El Roßkogel nos presenta su cresta norte, por la que subiremos más tarde.
Por un marcado camino nos acercamos a ella...
...mientras la cumbre no para de esconderse y liberarse de las nubes. Una vez superado el collado, la primera parte de la subida se realiza por un sendero en continuo zig-zag...
...hasta llegar a una caseta metálica, cuya función no consigo averiguar. Aquí volveremos a parar para comer algo rápido.
En panorámica hacia el este, el valle del Inn, el Rangger Köpfl a la izquierda, de donde venimos, el Kögele en el centro, y el Roßkogel perdido por la derecha.
Escarpados picos de Stubai...
...y lo que nos queda aún. Sin entretenernos mucho continuamos por la cresta, atravesando algunas pequeñas partes de nieve...
...por un sendero aéreo pero seguro, disfrutando de las vistas...
...atrás queda el Rangger Köpfl...
...y nos vamos acercando a la parte final de la cresta poco a poco mientras la pendiente aumenta ligeramente.
Atrás la Nordkette, con unos colores preciosos, en parte ocasionados por el tiempo, la lluvia, una ligera neblina o todo junto.
En el último tramo será necesario trepar un poco, todo muy sencillo...
...hasta llegar a la altura de un enorme aparato...
...y continuar hasta alcanzar la cima.
Alejandro recorre la última parte del sendero...
...y ¡cima!. Roßkogel (2646m), esta vez sí.
A los dos minutos de llegar, se pone a granizar levemente y no queremos que nos pille tormenta...
...así que tras cinco minutos emprenderemos de nuevo la marcha, esta vez por el lado sudeste...
La niebla se apodera de las montañas cercanas...
...de entre las cuales destaca el escarpado Weißstein (2640m), situado a tan solo unos quinientos metros...de cresta traicionera.
Me quedo con las ganas de intentarlo, pero mejor salir de aquí antes de que el tiempo se ponga peor...
En descenso, el tiempo mejora. El granizo deja paso a una llovizna...
...y poco después despeja de nuevo.
De nuevo cresteando, esta vez casi por llano...
...alcanzamos la parte rocosa donde nos tuvimos que dar la vuelta Iván y yo en el primer intento, lo superamos sin problemas (esta vez es posible ver las marcas)...y en diez minutos más tenemos a la vista la Rifflkreuz...
...observando hacia el sur el Kalkkögel, cadena montañosa a la que le tenemos buenas ganas...
Rifflkreuz (2215m), tercera cima del día. Al igual que la otra vez, hay que mencionar que más que cima es un promontorio en medio de la ladera.
Atrás hemos dejado el Roßkogel, y el Weißstein sigue destacando a la izquierda.
De nuevo por la cresta, avanzamos en dirección a la cuarta y última cima del día...
...Kögele (2195m)
Desde aquí, Alejandro se empeña en abandonar el camino, y bajar por una crestecilla que baja de este pico hacia el norte...
...y la verdad es que es todo un acierto.
Dejamos atrás el Kögele...
...ya encarando el valle...
...Großer Solstein...
...campo a través y siguiendo el plano, llegamos al Angeralm, de donde sale un sendero hacia el fondo del valle...
...para llegar al pueblo de Hinterburg, en el cual cogemos la carretera hacia Oberperfuss...
...mirando en cada parada de bus y llevándonos la desilusión de que tendremos que esperar una hora para el siguiente bus. No nos queda otra que seguir atravesando pueblecitos, en busca de un bar donde hacer más amena la espera, pero sin encontrarlo. "Esto en España no pasaba, un pueblo sin bar no es un pueblo jeje".
A los veinte minutos de andar por carretera, en la entrada al pueblo de Kammerland, a un par de kilómetros de Oberperfuss, un coche para a nuestro lado y tan amablemente nos pregunta a donde nos dirigimos. Resulta que ellos también van a Innsbruck, y se ofrecen a llevarnos. Ésto, sin duda, tampoco ocurre en España.
Encantados, charlando con ellos, llegamos a Innsbruck, donde nos dejan al lado de nuestras bicis. Y pensar que estuvimos a punto de darnos la vuelta en la cabaña y al final nos hemos metido casi dosmil metros de desnivel al cuerpo...
¡Hasta la próxima!
Hola Josemi.
ResponderEliminarQue decir, otra gran ruta por los Alpes.
A mi ni me gustan las pistas de esquí, ni las cruces en las cimas... ¡¡¡ni los pueblos sin bares!!! jajaja.
Un abrazo.
Hola Dani! jajaja coincido contigo en todo! Gracias por pasarte. Un abrazo!!
ResponderEliminarImpresionante Josemi!!!! Que maravilla. Para mi esa zona seria el paraiso terrenal jeje
ResponderEliminarLa caseta esa casi seguro que tiene algun cuadro electrico en su interior, por el tema de los remontes.
Y eastoy contigo tambien en lo que dices de las estaciones de esqui, pero me da la sensacion de que ahí esta todo mucho mas cuidado. Tenias que ver lo que hay bajo la nieve de n uestras estaciones una vez que ésta se rtetira. Colillas, tubos viejos, sobres de ketchup, etc, etc, etc...
Y pensar que hay gente dispuesta a reventar el ultimo gran bosque que queda en la peninsula (san glorio).
Un abrazo y gracias por mostrarnos esos lugares.