Atalaya de Guadarrama, vigía impasible de Madrid, el Cerro de San Pedro se yergue imponente sobre el paisaje horizontal de la campiña de Madrid. No es su altura la que le otorga esa hegemonía que ostenta sobre los territorios aledaños, sino su completo retiro. Esta montaña desterrada de Guadarrama es lo que se denomina un cerro testigo o monte isla, una formación montañosa aislada de una alineación principal, en este caso la vertiente sur guadarrameña.

Su ascensión no conlleva ninguna dificultad, ni técnica ni física, pero aún así ofrece una cuantiosa recompensa a quien la corona. Es un pico que se ve desde cualquier sitio, y por tanto, es un pico desde el que se ve todo. Alejado de la Cuerda Larga, es un perfecto mirador de la sierra. Elevado sobre Madrid, nos presenta toda su orografía como regalo a la vista. En fin, una montaña que da mucho a cambio de muy poco.
En apenas una hora y cuarto se puede subir y bajar, aunque lo impresionante de sus vistas hacen que este tiempo se alargue considerablemente, mas aún si el día es depejado. Y mucho más, si asimismo se añade una cámara de fotos a la mezcla.

La ruta que hoy toca es rápida y facilita, una salida exprés, para cuando la agenda va bien apretada. La verdad es que no teníamos muchas expectativas puestas en esta ascensión (más bien paseo), y quizás fue por eso que nos llevamos una grata sorpresa. A veces es necesario alejarse de las altas cumbres principales, para descubrir a sus hermanas pequeñas, que en muchos casos, nada tienen que envidiar a las primeras. Más quisieran otras...
La pequeña caminata empieza en el Alto del Mojón, entre los kilómetros siete y ocho de la M-625, junto a las ruinas de una antigua casa de los peones camineros (foto tomada a la vuelta).

Esta carretera une Colmenar Viejo y Guadalix de la Sierra, y la forma más rápida de llegar a ella desde Madrid es por la M-607, de la que nos desviamos una vez pasado Colmenar.
Una vez dejado el coche en la explanada que hay al lado de la casa en ruinas, la ruta comienza saltando un murete de piedra con una alambrada (hay varias zonas en las que la alambrada se puede saltar sin problemas).
De este murete sale otro, perpendicular, en línea recta hacia la cumbre, con un sendero a su derecha, que seguiremos hasta llegar al final. La ruta no tiene pérdida posible, y salvo por algún repecho caprichoso, es muy cómodo y llevadero.
Enseguida nos vamos elevando sobre el paisaje madrileño...

...por un terreno de monte bajo, con contados árboles...

...redescubriendo la capital...


...en un día luminoso y despejado, en el que sin haber amanecido ya disfrutamos de todo el paisaje.

La Pedriza y la Cuerda Larga...

...y en apenas media hora, sin casi darnos cuenta, divisamos la cima, curiosa donde las haya...

...mientras amanece por el horizonte.

La cumbre está coronada por una torre en ruinas, la cual soporta el vértice geodésico (1423m)...

...cuya trepada, a pesar de ser muy fácil, añade la guinda al pequeño (pero delicioso) pastel que es este cerro.

Y como una imagen vale mucho más que mis palabras, aquí dejamos unas cuantas...

...y por ser quisquilloso, felicitar al que se le ocurriese poner la antena justo en línea con la sierra.

06.JPG)
Una panorámica de 360º (pinchar para ver más grande).







Al bajar de la torre, nos acercamos a un risco para poder ver la sierra sin nada delante...

...y tras otras cuantas fotos...

...nos despedimos de la cumbre...

...e iniciamos el regreso.
10.JPG)

...parando cada dos por tres, aprovechando la mejor luz del día para fotografiar estos paisajes...

13.JPG)
Y con estas fotos...


...nos despedimos.

Hasta la próxima.

¡Un saludo!
Su ascensión no conlleva ninguna dificultad, ni técnica ni física, pero aún así ofrece una cuantiosa recompensa a quien la corona. Es un pico que se ve desde cualquier sitio, y por tanto, es un pico desde el que se ve todo. Alejado de la Cuerda Larga, es un perfecto mirador de la sierra. Elevado sobre Madrid, nos presenta toda su orografía como regalo a la vista. En fin, una montaña que da mucho a cambio de muy poco.
En apenas una hora y cuarto se puede subir y bajar, aunque lo impresionante de sus vistas hacen que este tiempo se alargue considerablemente, mas aún si el día es depejado. Y mucho más, si asimismo se añade una cámara de fotos a la mezcla.
Resumen de la ruta
Inicio y final: Alto del Mojón (1041m)
Cumbres: Cerro de San Pedro (1425m)
Distancia: 5 km

La ruta que hoy toca es rápida y facilita, una salida exprés, para cuando la agenda va bien apretada. La verdad es que no teníamos muchas expectativas puestas en esta ascensión (más bien paseo), y quizás fue por eso que nos llevamos una grata sorpresa. A veces es necesario alejarse de las altas cumbres principales, para descubrir a sus hermanas pequeñas, que en muchos casos, nada tienen que envidiar a las primeras. Más quisieran otras...
La pequeña caminata empieza en el Alto del Mojón, entre los kilómetros siete y ocho de la M-625, junto a las ruinas de una antigua casa de los peones camineros (foto tomada a la vuelta).
Esta carretera une Colmenar Viejo y Guadalix de la Sierra, y la forma más rápida de llegar a ella desde Madrid es por la M-607, de la que nos desviamos una vez pasado Colmenar.
Una vez dejado el coche en la explanada que hay al lado de la casa en ruinas, la ruta comienza saltando un murete de piedra con una alambrada (hay varias zonas en las que la alambrada se puede saltar sin problemas).
De este murete sale otro, perpendicular, en línea recta hacia la cumbre, con un sendero a su derecha, que seguiremos hasta llegar al final. La ruta no tiene pérdida posible, y salvo por algún repecho caprichoso, es muy cómodo y llevadero.
Enseguida nos vamos elevando sobre el paisaje madrileño...
...por un terreno de monte bajo, con contados árboles...
...redescubriendo la capital...
...en un día luminoso y despejado, en el que sin haber amanecido ya disfrutamos de todo el paisaje.
La Pedriza y la Cuerda Larga...
...y en apenas media hora, sin casi darnos cuenta, divisamos la cima, curiosa donde las haya...
...mientras amanece por el horizonte.
La cumbre está coronada por una torre en ruinas, la cual soporta el vértice geodésico (1423m)...
...cuya trepada, a pesar de ser muy fácil, añade la guinda al pequeño (pero delicioso) pastel que es este cerro.
Y como una imagen vale mucho más que mis palabras, aquí dejamos unas cuantas...
...y por ser quisquilloso, felicitar al que se le ocurriese poner la antena justo en línea con la sierra.
Una panorámica de 360º (pinchar para ver más grande).
Al bajar de la torre, nos acercamos a un risco para poder ver la sierra sin nada delante...
...y tras otras cuantas fotos...
...nos despedimos de la cumbre...
...e iniciamos el regreso.
...parando cada dos por tres, aprovechando la mejor luz del día para fotografiar estos paisajes...

Y con estas fotos...
...nos despedimos.
Hasta la próxima.
¡Un saludo!