Después de casi ocho meses sin escalar, el pasado sábado, aprovechando el buen tiempo, decidimos irnos a pasar el día a la Martinswand, popular punto de encuentro de escaladores en la zona de Innsbruck.

Se trata de una gran pared, de 600-800 metros de altura, en la que hay vías equipadas para aburrir. Entre todos los sectores que tiene, nos podemos encontrar desde vías de grado 3 hasta alguna de grado 8. Como digo, se trata de una escuela muy conocida y por internet es fácil encontrar croquis de casi todos sus sectores (por ejemplo aquí). Nosotros elegimos el ÖAV Klettergarten, por ser el más fácil y por ser perfecto para gente que está empezando o, como nosotros, que lleva siglos sin colgarse de una piedra.

Por la Tiroler Straße (B171) salimos de Innsbruck con nuestras bicis. Esta carretera nacional recorre el valle del Inn bordeando casi siempre el río, y tan solo 6 o 7 kilómetros nos separan de esta escuela de escalada. Dejamos nuestras pequeñas bestias oxidadas en este aparcamiento, el cual ya esta lleno a las 10 de la mañana...

...y un cartel blanco da la bienvenida a los escaladores, recordándonos que estamos en un espacio protegido y tenemos que comportarnos de la forma adecuada (no fuego, no basura, solo usar los caminos marcados, no tiendas ni vivac)...

...acompañado por un pequeño croquis. Nosotros vamos al AV-Klettergarten, enano en comparación con la Martinswand, pero adecuado para nuestro nivel.

Del parking sale un camino, del cual en pocos metros tenemos que tomar un desvío a la derecha (justo antes de llegar a esta caseta)...

...que nos llevará en 5 minutos a la pared en cuestión. Podemos ver alguna que otra cordada, pero de momento la cosa esta tranquila. Todas las vías están perfectamente equipadas con parabolts, y la mayoría incluso tienen mosquetón en el descuelgue.

Debido a una reciente lesión de Iván en el pulgar, empezaré yo con la Via Sebastian (4a, 22m)...

...que discurre a lo largo de una grieta. Sin muchos problemas.

Posteriormente la hace Iván con la cuerda por encima, y parece que su dedo responde bien...

...así que después la volvemos a abrir los dos.

Después nos movemos unos metros hacia la izquierda, tomando la Lange Kindertour (4a, 20m)...


...la cual también repetimos después, para afianzar algunos movimientos.

Después de haber subido cuatro veces cada uno, picamos algo de queso y lomo (de las pocas existencias que nos quedaban procedentes de España, ahora ya agotadas), y nos preparamos para afrontar la Kurze Kindertour (4c, 12m), una bonita vía (no muy larga) que sube por fisura que separa dos paredes en ángulo. Algo más dura que las anteriores, la abro yo...

...y después la abre Iván también...

...montando el descuelgue...

...antes de volver a repetirla los dos, esta vez con la cuerda por encima. Después de ello nos volvemos a mover hacia la izquierda, en busca de un último objetivo. La pared parece ahora un hormiguero, y quedan pocas vías libres. Finalmente, nos hacemos con Das vergessene Tal (4c, 22m), una vía que nos pondrá a prueba sobre todo en la primera placa, donde nos acordamos de la Pedriza, ya que es prácticamente de adherencia. Lo paso un poco mal para chapar la primera, que no está precisamente cerca, y para llegar al segundo seguro. Este tramo es algo más serio que un 4c, creo yo. Después de eso, solo queda disfrutar de casi veinte metros de buenos agarres, y unas bonitas vistas sobre el valle desde el final de la vía...

Iván también la abre, mucho más tranquilo una vez superada la primera parte...

...con el resto de vía por delante.


Una vez más, también ésta la repetiremos de segundo, para comprobar que la primera placa tampoco es tanto. Lo único que tiene es la distancia a la primera y a la segunda chapa...
Después de eso, un poco cansados, decidimos que es hora de volver a casa. Recogemos todo y bajamos hasta el parking. Mientras nos alejamos con las bicis, me vuelvo para hacer una foto de la imponente Martinswand.

Siempre está bien descubrir una escuela de escalada de este calibre tan cerquita de casa y, cómo no, volver a escalar después de tanto tiempo. Hasta la próxima.
Se trata de una gran pared, de 600-800 metros de altura, en la que hay vías equipadas para aburrir. Entre todos los sectores que tiene, nos podemos encontrar desde vías de grado 3 hasta alguna de grado 8. Como digo, se trata de una escuela muy conocida y por internet es fácil encontrar croquis de casi todos sus sectores (por ejemplo aquí). Nosotros elegimos el ÖAV Klettergarten, por ser el más fácil y por ser perfecto para gente que está empezando o, como nosotros, que lleva siglos sin colgarse de una piedra.

Por la Tiroler Straße (B171) salimos de Innsbruck con nuestras bicis. Esta carretera nacional recorre el valle del Inn bordeando casi siempre el río, y tan solo 6 o 7 kilómetros nos separan de esta escuela de escalada. Dejamos nuestras pequeñas bestias oxidadas en este aparcamiento, el cual ya esta lleno a las 10 de la mañana...
...y un cartel blanco da la bienvenida a los escaladores, recordándonos que estamos en un espacio protegido y tenemos que comportarnos de la forma adecuada (no fuego, no basura, solo usar los caminos marcados, no tiendas ni vivac)...
...acompañado por un pequeño croquis. Nosotros vamos al AV-Klettergarten, enano en comparación con la Martinswand, pero adecuado para nuestro nivel.
Del parking sale un camino, del cual en pocos metros tenemos que tomar un desvío a la derecha (justo antes de llegar a esta caseta)...
...que nos llevará en 5 minutos a la pared en cuestión. Podemos ver alguna que otra cordada, pero de momento la cosa esta tranquila. Todas las vías están perfectamente equipadas con parabolts, y la mayoría incluso tienen mosquetón en el descuelgue.
Debido a una reciente lesión de Iván en el pulgar, empezaré yo con la Via Sebastian (4a, 22m)...
...que discurre a lo largo de una grieta. Sin muchos problemas.
Posteriormente la hace Iván con la cuerda por encima, y parece que su dedo responde bien...
...así que después la volvemos a abrir los dos.
Después nos movemos unos metros hacia la izquierda, tomando la Lange Kindertour (4a, 20m)...
...la cual también repetimos después, para afianzar algunos movimientos.
Después de haber subido cuatro veces cada uno, picamos algo de queso y lomo (de las pocas existencias que nos quedaban procedentes de España, ahora ya agotadas), y nos preparamos para afrontar la Kurze Kindertour (4c, 12m), una bonita vía (no muy larga) que sube por fisura que separa dos paredes en ángulo. Algo más dura que las anteriores, la abro yo...
...y después la abre Iván también...
...montando el descuelgue...
...antes de volver a repetirla los dos, esta vez con la cuerda por encima. Después de ello nos volvemos a mover hacia la izquierda, en busca de un último objetivo. La pared parece ahora un hormiguero, y quedan pocas vías libres. Finalmente, nos hacemos con Das vergessene Tal (4c, 22m), una vía que nos pondrá a prueba sobre todo en la primera placa, donde nos acordamos de la Pedriza, ya que es prácticamente de adherencia. Lo paso un poco mal para chapar la primera, que no está precisamente cerca, y para llegar al segundo seguro. Este tramo es algo más serio que un 4c, creo yo. Después de eso, solo queda disfrutar de casi veinte metros de buenos agarres, y unas bonitas vistas sobre el valle desde el final de la vía...
Iván también la abre, mucho más tranquilo una vez superada la primera parte...
...con el resto de vía por delante.
Una vez más, también ésta la repetiremos de segundo, para comprobar que la primera placa tampoco es tanto. Lo único que tiene es la distancia a la primera y a la segunda chapa...
Después de eso, un poco cansados, decidimos que es hora de volver a casa. Recogemos todo y bajamos hasta el parking. Mientras nos alejamos con las bicis, me vuelvo para hacer una foto de la imponente Martinswand.
Siempre está bien descubrir una escuela de escalada de este calibre tan cerquita de casa y, cómo no, volver a escalar después de tanto tiempo. Hasta la próxima.