martes, 8 de noviembre de 2011

Un paseito de domingo. Höttinger Alm y Seegrube. 23/10/11

A diferencia del día anterior, el domingo salimos a la montaña "en plan tranqui". Pero lo que en un principio estaba concebido como un paseo para estirar las piernas y disfrutar del buen día, se acabó convirtiendo en una ruta maja. Es decir, que todo fue a mejor jejeje...


Resumen de la ruta
Inicio y final: Innsbruck (580m)
Distancia: ***
Desnivel de subida: 1400m
Desnivel de bajada: 1400m
Tiempo: 7h (paradas incluidas)


Salimos de Innsbruck a eso de las once de la mañana en dirección a Höttinger Bild, la capilla por la que volvimos el día anterior. Con el Achselkopf de frente, también ascendido el día anterior...


...el camino nos lleva hasta la capilla, situada unos trescientos metros sobre Innsbruck, y punto de confluencia de gran parte de las pistas, caminos y senderos que cruzan y recorren la Inntalkette o Nordkette (Cordillera del Norte).


Como otras veces, nos acompaña Alejandro, buen compañero montañero y con el cual es un placer compartir estas rutas. Él ya se conoce esta parte de la Nordkette, pero al igual que nosotros, aún no ha visitado Höttinger Alm. El día anterior lo vimos desde la lejanía, y la curiosidad por conocer cada rincón de esta preciosa esquina de los Alpes nos hizo marcarlo como objetivo de esta ruta. Se trata de otro refugio/restaurante, al estilo del Rauschbrunnen o del Neue Magdeburger Hütte, pero por su situación, algo más masificado. Sobrepasamos Höttinger Bild y, siguiendo las señales, cogemos la pista que nos llevará hasta Höttinger Alm...


...pero a mitad de camino la abandonamos, pues como pista que es, da mucha vuelta. Además, nos cruzamos con un estrecho sendero que asciende por una amplia canal, con el Brandjochspitze en lo alto, que nos atrae demasiado como para pasarlo por alto. Tras comprobar en el plano que el sendero nos llevará hasta nuestro objetivo, nos adentramos en él...


...ascendiendo rápidamente, con el Serles de fondo...


...y siguiendo el curso de un pequeño arroyo...


Al fondo, Innsbruck.



Pasamos por una pared repleta de vías equipadas de escalada deportiva. Y no parecen precisamente fáciles jeje...


Debajo de la pared paramos a descansar, sacamos los bocadillos y aprovechamos para comer y beber algo. Sin ningún tipo de prisa nos relajamos, disfrutando del lugar y del magnífico día que hace...


Serles.


Nos ponemos en marcha, seguimos el sendero que continua ascendiendo hasta que pega un giro brusco a la derecha y se interna en un pequeño bosque, tras el cual...


...encontramos Höttinger Alm, con su capilla en lo alto.


No nos paramos aquí, decidimos seguir, quizás hasta algún punto de la cresta para ver el otro valle. El altivo Brandjochspitze...


...y la cresta, aún muy lejos, aunque a simple vista no lo parezca.


Después de seguir un sendero durante un rato, vemos una pedrera que sube directa hacia arriba, y antes siquiera de pensarlo, Iván ya se ha metido en ella. Un buen atajo...


...pero también incómodo jejeje.


En poco tiempo, algo más cansados, llegamos a otro sendero...


...y nos tomamos un respiro. Hacia el sur...el Serles, e incluso el Habicht a lo lejos.


Nos encontramos en un sendero que hacia el este aparentemente nos llevaría hasta Seegrube, la penúltima estación del teleférico de la Nordkette.


Hacia el oeste queda, en cambio, el Brandjochspitze...


Tras debatirlo un rato, y viendo la hora que llevamos, decidimos seguir hasta el Seegrube. No queremos que la noche se nos eche encima, y para alcanzar la cresta aun quedaría más de una hora...


Continuamos por el sendero, pero en cierto momento vemos que el que llega a Seegrube es otro sendero, paralelo, unos cincuenta metros más alto, así que volvemos a atajar...


...para llegar a la estación del teleférico.


Y aquí si que hay nieve. Un poco más abajo se encuentra el respectivo restaurante/zona de descanso de la estación...


...muy, muy masificado.


En lo alto queda el Seegrubenspitze y el Hafelekar.


La montaña, demasiado "humanizada"...


...con todo tipo de parásitos metálicos...



Nos sentamos a comernos una manzana en una de las mesas, pero la verdad es que lo disfruto poco. Parece que estemos en un local de cómida rápida de cualquier centro comercial. Eso sí, con bonitas vistas...


Cuando llega el momento de bajar, cogemos la pista que baja haciendo grandes eses...


...y después seguimos un pequeño sendero que baja por debajo de los enormes cables del teleférico.


Con las últimas luces del día...


...que van amainando poco a poco...


...hasta perderse tras las montañas...


...llegamos a Hungerburg, pueblecito a las afueras de Innsbruck, y de ahí bajamos hasta el centro de la ciudad. Una cerveza...y para casa.

Un saludo.


2 comentarios:

  1. Vaya con los "pasietos" jajaja, os váis a poner mas fuertes que el vinagre...vaya suerte, yo ya habría sacado las tablas si estuviera por allí!
    Un abrazo.

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  2. Hola Sherpa! Pues más nos vale ponernos fuertes si nos queremos codear con himalayistas en el Mont Blanc, porque espero que siga en pie la idea jejeje.
    Oye, impresionantes vuestras fotos. A ver si saco un rato para leer y disfrutar de la entrada ^^.

    Un abrazo!!

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